"China-Tíbet-Assam: Historia de un viaje"

Santiago Lazcano 



La editorial Ecos de Oriente acaba de publicar con mi traducción el clásico de F.M. Bailey "China-Tibet-Assam". Es la primera vez que el libro se traduce al castellano.

Frederick Marshman Bailey fue uno de los últimos y más intrépidos exploradores-espías del Imperio británico en India. También fue uno de los escasísimos agentes que aprendió tibetano y un enamorado del mundo y la cultura himalaya y tibetana.

Sus conocimientos de tibetano le condujeron a formar parte de la Expedición Younghusband a Lhasa en 1904, y después a ocupar durante cuatro años el puesto de agente comercial británico en Gyantse.

Con esta experiencia en los asuntos tibetanos se convirtió más tarde en una suerte de explorador/agente secreto en la Tierra de las Nieves y en otras parte de Asia Central. Como protagonista del llamado “Gran Juego” (la disputa entre británicos y rusos por el control de Asia Central) exploró y cartografió remotas zonas del sudeste de Tibet y del Himalaya oriental que hasta entonces aparecían en blanco en los mapas. En sus expediciones recogía datos cartográficos y geográficos, pero también nos proporcionó mucha información sobre el modo de vida y las costumbres de los pueblos que se iba encontrando. Sin embargo a Bailey, sobre todo, le apasionaba la caza de fauna salvaje y la recolección de plantas silvestres. Así se trajo de vuelta a Gran Bretaña muchos ejemplares de historia natural y botánicos, en algún caso de especies que eran desconocidas en Occidente y que llevan hoy su nombre.

F. M. Bailey


En 1911, acompañado por su fiel ayudante tibetano -Putamdu-, llevó a cabo el viaje de exploración que se narra en este libro, y con el que albergaba la esperanza de resolver el llamado “misterio del Tsangpo”. El Tsangpo, el gran río tibetano por excelencia, atravesaba una gran extensión de Tibet desde su nacimiento en el oeste (cerca del sagrado monte Kailash) hasta perderse su rastro en un profundo y escarpado cañon en las estribaciones himalayas del Tíbet oriental. El río transitaba a una altitud de unos 3.000 metros hasta que se le perdía la pista. Había varios grandes ríos en los que se sospechaba que el Tsangpo podía descargar sus aguas. Bailey pretendía alcanzar las famosas cataratas “tan grandes como las del Niágara” en las que el río desaparecía y a las que el famoso explorador nativo enviado por los británicos anteriormente -Kintup- se había referido, así como desentrañar en qué gran río vertía sus aguas el Tsangpo.

Kintup


Con este objetivo salieron desde Pekín viajando en tren, barco y palanquín hasta Chengdu, la capital sichuanesa. Desde allí, y con ayuda de los misioneros de la “Misión del Interior de China” no tardaron en alcanzar Tachienlu (la actual Kangding) o Dartsedo, la llamada “Puerta de Tíbet”. A partir de este punto continuaron a pie utilizando porteadores locales y sus animales. Acompañados del misionero neozelandés J. H. Edgar, y gracias a sus contactos y conocimiento del terreno, pudieron cruzar a Tsawarong en el territorio prohibido controlado por el gobierno del Dalai Lama. Bailey puso rumbo desde allí hacia las cataratas y Assam, recorriendo una región escasamente conocida antes para los occidentales, donde Tíbet, India y Myanmar se encuentran. Intentó sin éxito llegar al país de los temidos pobas (lo que lograría dos años después en un viaje relatado en su libro "No passport to Tibet"), y finalmente encontró su camino a India a través de de Zayul y las colinas habitadas por los mishmis, uno de los pueblos tenido como "salvaje" por la India británica.

Khampas en Ranung


Mishmis en el valle del Lohit

Bailey nos narra su tavesía aportando una rica información sobre las poblaciones y monasterios por las que pasa, la situación política de la época, el modo de vida y costumbres de los tibetanos, sus encuentros con monjes, soldados, comerciantes, peregrinos y etnias consideradas “salvajes”; además relatarnos sus experiencias como cazador del extraño takin y recolector de mariposas y plantas. Todo ello en un estilo ameno y directo, que hace de su lectura una agradable e interesante inmersión en un rincón del Tíbet tal como era antes de la abrupta colisión con la modernidad que supuso la invasión de la Republica Popular China de 1950.

Mapa de la ruta seguida por Bailey


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Contacto:

Santiago Lazcano
email: khawachenbod [at] gmail.com

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